Parece que las vacaciones se terminan pero me ha dado tiempo a hacer bastantes cosas, entre ellas una de mis mayores pasiones (pintar). Este verano no he podido asistir a clases de pintura pero eso no me ha impedido seguir pintando así que esta vez me he atrevido a enfrentarme en solitario a un lienzo en blanco con una fotografía de un cuadro de Leonid Alfremov (sin duda uno de mis pintores favoritos tanto por sus escenas coloridas como por la técnica, del que ya realicé el "Paisaje otoñal") y con la ayuda de mi caballete, mi radio, mi paleta, pinceles y óleos (y siendo sincera alguna que otra mesa que mi madre me ruega que cubra para no estropear).
Aquí está la parte más aburrida: dividir el lienzo y hacer cálculos para intentar que todo encaje y si no es posible hay que inventar un trozo o suprimir otro y después dibujar con el lapicero.
Esto os puede parecer una foto que ha sido editada con un filtro que crea un marco azul redondeando las esquinas pero no, sólo es el comienzo de este cuadro que no sé si se notará pero dejé de dibujar casitas por puro aburrimiento y en seguida repasé con el trazador lo que había dibujado y me puse a dar las veladuras, en esta imagen se ve el mar de carmín de granza muy diluido (el que me había sobrado) y azul de Prusia alrededor.
Otra foto en la que se ve un color nuevo de veladura porque era el que mejor iba para añadir luego pinceladas cortas y cargadas de pintura encima.
Ya no me quedó otro remedio que seguir dibujando casitas para posteriormente rellenarlas y poder continuar con el cuadro.
Hasta aquí lo hice en el mismo día pero ya no pude seguir porque si no las pinceladas se mezclaban.
Y ya es ir poco a poco haciendo detalles (ventanitas, los reflejos del mar y la explosión de colores del cielo).
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